Con la llegada de un nuevo hijo, la familia se agranda y la estructura familiar y el sistema vincular cambian. De esta forma surgen miles de preguntas acerca de cómo actuar como padres, como evitar preferencias con alguno de los hijos y más que nada como será la adaptación a esta nueva etapa con un nuevo miembro en la familia.
La realidad es que los cambios muchas veces son acompañados por miedo. Y es saludable hablar de ellos. Con la nueva noticia de un hermano en camino, surgen las primeras preguntas: ¿Cuándo contarlo? ¿Cómo contarlo?, ¿cómo lo tomará mi hijo? ¿Cómo evitar que sufra? Y un sinfín de otras preguntas pueden llegar a surgir.
A partir de la noticia de un nuevo embarazo, se abre la posibilidad de agrandar la familia y construir el espacio para la llegada de este nuevo miembro.
Es muy importante respetar los tiempos de asimilación de los más chicos frente a una noticia que cambiará la vida de todos. Y dar tiempo para que los más chicos, y por qué no, los más grandes también, se acomoden a los cambios.
Es recomendable ser prudente y esperar hasta que el embarazo este confirmado para contar la noticia. Muchas veces se toma el primer trimestre de gestación como el período de espera hasta poder contar.
Y ¿cómo se habla de esto? En general es recomendable abordar este tema a través de preguntas a los más chicos como, ¿Te gustaría tener un hermanito? Dar ejemplos de otras familias amigas donde hay hermanos y hablar acerca de las virtudes de tener hermanos. También se puede jugar al “investigador” donde sean los más chicos quienes averigüen qué amigos o compañeros tienen hermanos y cómo lo viven.
A partir del momento que se comienza a abordar el tema, es importante respetar los tiempos de cada uno. Y la mejor manera es esperar la iniciativa de los más chicos para preguntar o hablar del tema.
¿Qué pasa si no gusta la idea de compartir? Ahora bien, como lo ideal no existe, es muy probable que los más chicos no quieran compartir nada con el que está en camino. Y como los chicos son sinceros es muy importante respetar las emociones que ellos experimenten.
Todos tenemos y los más chicos también, un período para adaptarnos a los cambios. Es probable que al principio los chicos actúen “como si nada” y que de a poco comiencen a preguntar o inclusive a opinar. Y cuando el interés surge, respetando su iniciativa se puede comenzar a jugar con ellos sobre cómo será el bebé que viene, cómo se va a llamar y paulatinamente se va creando un espacio dentro de la novela familiar para este nuevo miembro en camino.
Se pueden utilizar cuentos como incentivo para hablar del tema. Donde uno de los personajes sea el hermano mayor que puede guiar a su hermano en grandes aventuras. También se pueden inventar historias juntas. Es interesante poder ir creando en conjunto el espacio para el nuevo integrante por venir recordando cómo fue la llegada del primero a la familia. Viendo fotos, recordando el momento de la llegada y de esta manera “prepararse” para el parto.
Cualquier idea es buena a la hora de ir construyendo el espacio en la familia para el nuevo integrante.