Ante todo, hay que ser conscientes que como adultos es complejo afrontar la muerte, por lo tanto no es fácil dar una explicación sobre la misma. En general, la asociamos con temores que son propios de los adultos, más vinculados al significado de morir, a no saber que hay después de ella. Mientras que en los chicos el miedo está centrado en la ausencia de sus seres queridos, en cómo van a manejarse y seguir en la vida sin esa persona.
Para poder acercarnos a los chicos podemos transmitir nuestra experiencia con la muerte y tratarla como una parte más de la vida. Se podría hacer una diferenciación importante en este tema, si el niño está interesado en general sobre la muerte o si se habla desde el dolor de haber perdido a un ser querido.
Si se tratara del primer caso (diríamos, interés general): convendría acercarlo al tema a través de hechos cotidianos como la naturaleza, ya que en todos los casos muestra un ciclo de nacimiento y muerte. Por ejemplo:
- Observa con tu hijo, sobrina, nieto o alumna las hojas secas en el otoño, una rama caída, una flor marchita, una hoja seca, etc. Así podrá surgir una charla sobre el ciclo de la vida.
- Compartí lecturas infantiles acerca de los ciclos de la vida.
- Plantá semillas y mirá cómo crecen y luego mueren, como un proceso de inicio a fin.
- Aprovechá para hablar de las creencias que tiene tu familia sobre la muerte.
Si se trata puntualmente del dolor por la pérdida de un ser querido, tené en cuenta que es importante:
- Ayudar a expresar: abrazalo, besalo y compartí con él o ella el silencio. Esto ayuda a que se sienta contenido y no tenga necesidad de hablar.
- No inventar: a veces como nos es difícil explicarle a los niños la muerte, solemos buscar metáforas, como que se fue de viaje o se quedó dormido. Esto solamente va a generarles más angustia o temor a dormirse. Lo mejor es hablarles claramente y a medida que van preguntando, responder sus inquietudes. No exageres con los detalles, simplemente contale brevemente lo que sucedió.
- No exigir: es importante que le permitas que no esté contento o no tenga las mismas ganas de jugar que antes de saber que un ser querido falleció.
- Recordar: nos sirve para tener presente a la persona que se fue. Las fotos, los videos y los lugares compartidos pueden ser la base para que los niños expresen su dolor.
- Respetar: tanto para nosotros como para los chicos es importante el tiempo de duelo. No hay una regla fija de cuanto tiempo es poco o mucho, cada uno lo vive como puede.
- Dar espacio para que hablen de la muerte: podemos incentivar a que nuestros hijos hablen de la persona a través de preguntas como: ¿Qué te hacía reír? ¿Cuál es el recuerdo más lindo que tenés de ella? ¿Cuál es el regalo más lindo que te dio?
- Valorar la vida: alentemos a que los niños disfruten del día a día, brindándole apoyo en sus proyectos.
Asumamos que el miedo a la muerte nos alcanza a todos porque significa lo desconocido, justamente lo no vivido. Por lo tanto, se nos presenta confuso aunque inevitable.
Te invitamos a que compartas con tus chicos las ideas que todos tenemos de la muerte y sobre todo a comprender la finitud de la misma. Esto nos llevará a acompañar a nuestros hijos en lo realmente importante: disfrutar la Vida!
Fuentes consultadas:
- ¿Cómo te explico la muerte? / Lic. Gustavo Schujman; coordinado por Mariana Medina. – 1ed. Buenos Aires: Ediba Libros, 2009. v.1, 36p.:il.;23x23cm.-(¿Cómo te explico?/Mariana Medina)
- Lic. Paula M. Mayorga. Psicóloga Clínica. Docente y supervisora del Centro de Estudios de Psicoterapia (CEP). Coordinadora del Equipo de Psicoterapia y Asistencia en la Crisis.
- ACIPRENSA
- Hospital de Niños de Wisconsin
- Lic. Silvia Naya. Psicóloga Especialista en Psicoterapias familiar Especialización en terapia familiar realizada en el Ackerman Institute for the Family (Nueva York, EEUU).
- Foto: Idea go, www.freedigitalphotos.net