Seguramente te habrá pasado en alguna reunión de padres del jardín, o con el pediatra, o en un café con amigos surge hablar sobre la dificultad de poner límites, siendo justos con nuestros chicos.
Los hijos e hijas actúan como fiel reflejo de nuestros comportamientos. Si cruzamos la calle por mitad de cuadra, no pretendamos que cuando los dejemos solos vayan a la esquina.
Si estamos metidos con la computadora o el celu todo el día, obviamente nos va a costar muchísimo decirle que solo puede jugar un rato. O peor aún, cuando les hablemos de adolescentes sólo van a mirar la pantalla, mientras les hablamos.
La famosa tríada, pensar-decir-hacer, nunca estuvo más en juego que en este caso. Esto nos lleva a reflexionar sobre lo que creemos que está bien y lo que nosotros decimos a nuestras hijas e hijos y lo que hacemos, especialmente frente a ellos.
También es cierto que somos seres humanos y como tales falibles, pero es cierto que la niña y el niño va a poder comprender qué está bien y qué está mal a partir del ejemplo.
Igualmente no creamos que porque nosotros actuamos de determinada manera, nuestros niños lo harán del mismo modo. Si fuera así, no habría conflicto en la crianza. Tendríamos robots que con solo mirar y/o escuchar lo que hacemos lo harían fielmente, pero tenemos chicos, personas que se están formando, las cuales todavía no tienen poder de discernir qué está bien y qué está mal.
Como adultos somos responsables de los niños y niñas, tanto seamos padres, tíos, abuelos, padrinos, docentes o cuidadores de turno. A los chicos los educamos para que sean autónomos, libres, independientes o eso tratamos. En eso nosotros somos los responsables de la adaptación de los chicos al mundo.¿Y cómo es esa adaptación? Indudablemente a través de las normas sociales.
Al principio parecerá contradictorio hablar de libertad y acatar reglas en la misma frase, pero justamente para que puedan tener la capacidad de elegir deben conocer las distintas opciones y cuáles son las normas en la sociedad donde viven.
¿Qué normas brindarles? ¿Las que recibimos nosotros de pequeños? ¿Las que ven en la TV? ¿Las que están de moda?
Como padres nos da terror ser una autoridad impuesta, queremos estar más cerca de nuestros hijos, pero sabemos que el “amiguismo” no trae buenas consecuencias.
Pero más miedo nos da, que nos tilden de autoritarios, por eso en muchas ocasiones no ejercemos la autoridad.

¿Por qué las normas?
- Nos ayudan para la convivencia
- Sirven de guía para que el niño pueda distinguir lo que está bien de lo que está mal.
- Son los límites entre los derechos propios y los de los otros.
- Permiten el orden social.
- Si bien son limitantes a nuestros deseos, y pueden generar insatisfacción no se pueden negociar, especialmente con los niños pequeños. Desde ya que sí se pueden explicar.
- Podemos cuestionar una norma, pero para que podamos vivir armoniosamente es necesario reemplazarla con otra.
Si en casa no hay normas los chicos sentirán que la vida es anárquica y por lo tanto van a sentirse muy probablemente inseguros. En cambio, si probamos de a poco con consignas fáciles para que puedan seguir todos sentirán que les damos un marco en el cual pueden moverse.
Pueden ir probando de a poco: Por ejemplo, antes de comer hay que lavarse las manos adecuadamente, pero para que sea un momento de placer, podemos cantar una canción.
Acá va una propuesta de un juego para seguir una norma: El adulto (abuela, tío, prima, madre, padre, etc.) piensa en diferentes ritmos y velocidades para aplaudir. Muestra la primera secuencia de palmas y los niños deben estar atentos para repetir lo mismo con sus manos. Así el adulto les presenta varias secuencias de golpes de palmas para que ellos repitan hasta que se llega a un silencio final. Ganamos todos porque seguimos el ritmo hasta que paró.
Fuentes consultadas:
- ¿Cómo te explico tus responsabilidades? ¿Cómo te explico lo que está bien y lo que está mal? / Lic. Gustavo Schujman; coordinado por Mariana Medina. – 1ed. Buenos Aires: Ediba Libros, 2009. v.1, 36p.:il.;23x23cm.-(¿Cómo te explico?/Mariana Medina)
- Juego publicado por Pamela Ferreira en SUR Cultural
- Lic. Silvia Naya. Psicóloga Especialista en Psicoterapias familiar Especialización en terapia familiar realizada en el Ackerman Institute for the Family (Nueva York, EEUU).
Foto: Cortesía de www.freedigitalphotos.net